¡Ya he vueltooooo!
Después de unas vacaciones... ni largas ni cortas... más bien rápidas, ya estoy aquí.
Con esos días de asueto que se van juntando unos con otros me ocurre lo que con los donuts... uno me parece poco, dos está bien pero más de tres se me indigestan.
Son perfectos para hacer lo que no te apetece hacer pero se supone que debes.
Abre telón...
Ayer desperté con la noticia de la muerte de Sara Montiel.
No es que para mi Sara Montiel haya sido de ninguna inspiración especial ni haya seguido su carrera como admirador (quizás porque me hayan pillado muy joven sus trabajos más importantes), me ocurre que cuando desaparece alguna persona que ha tenido la relevancia mítica en esta sociedad mía es como si una parte de mi propia historia entrase en ebullición y levantara vapores de recuerdos infantiles y pareciera que algo se marchitara.
Llámame tonto si quieres pero siento que algo queda vacío.
Lo curioso de todo es que en mis recuerdos de esta mujer predominan los de una diva un tanto (mucho) excéntrica y con una vitalidad extraordinaria que vivió como le apeteció e hizo lo que le vino en gana sin importarle un pimiento lo que los demás dijeran.
Además de triunfar en el cine y la canción.
Transición...
Hoy me he despertado con otra noticia luctuosa, la muerte de José Luis Sampredo. Economista, humanólogo (ya sé que no existe el término) que ha llenado páginas y páginas de palabras sabias y hermosas.
Entre en contacto con "la sonrisa etrusca" de joven y desde entonces me ha gustado pasearme por sus libros y descubrir los grandes momentos de satisfacción lectora.
Así fue comprada la esclava Irenía para el Excelso Señor Neferhotep, de la Villa de Tanuris, en las calendas de mayo del año 1010 de la fundación de Roma, cuarto del reinado del césar Cayo Publio Licinio Valeriano, mes que los escribas egipcios llaman Mesore y el pueblo conoce como cuarto de la estación Chemu, antes de que las lágrimas de Isis, allá en el remoto sur, provocasen la crecida del Nilo y su desbordamiento sobre la milenaria tierra de los faraones.
José Luis Sampedro. La vieja sirena.
Cierra telón...